Tratamiento con botox
El Botox es una neurotoxina que actúa produciendo relajación de los músculos de la cara, atenuando o incluso desapareciendo las arrugas que son debidas a la expresión o mímica facial. También atenúa la actividad de las glándulas sudoríparas disminuyendo la producción de sudor.
Su utilización en estética se asocia con el tratamiento de las arrugas incipientes o profundas de la cara. Las arrugas que mejor responden a este tratamiento son las de la frente, entrecejo y patas de gallo. También se usa para la hiperhidrosis de axilas, manos y pies.
El tratamiento dura 15 minutos y los efectos comienzan a notarse al cuarto día, siendo máximo a las dos semanas y con una duración entre 6-10 meses dependiendo del metabolismo de cada persona. La infiltración se hace con agujas hipodérmicas muy finas por lo que es prácticamente indolora, salvo en caso de manos y pies que es necesario aplicar anestesia regional. Hay que evitar tumbarse o agachar la cabeza en las 4 horas posteriores.